Antes de comenzar con el tema de los cuentos, voy a explicar lo que es el folclore.
El folclore hace referencia al
conjunto de las creencias, prácticas y costumbres que son tradicionales de un
pueblo o cultura. Se conoce como folclore, además, a la disciplina que estudia
estas materias.
El folclore incluye los bailes, la
música, las leyendas, los cuentos, las artesanías y las supersticiones de la
cultura local, entre otros factores. Se trata de tradiciones compartidas por la
población y que suelen transmitirse, con el paso del tiempo, de generación en
generación.
El folclore en las aulas tiene muchas
ventajas, como, por ejemplo, se potencia mejor la escucha activa, el léxico y
la pronunciación, pero una de las cosas más importantes es que los niños se
darán cuenta de que esos cuentos han pasado de generación en generación de
manera oral, sin nadie que los recogiese de manera escrita hasta, por ejemplo,
Perrault y los hermanos Grimm.
Estos textos son literarios y no para-literarios,
que son los que les enseñan algo al niño acerca del mundo que le rodea. La
utilización de estos últimos es completamente necesaria, pero hay momentos en
los cuales los niños necesitan “sacar a pasear” la imaginación para recrear
situaciones, experiencias, escenarios, personajes, y que ellos mismos sientan
lo que es estar en la piel de otro personaje y esto se consigue con los textos
literarios.
El primer cuento que he elegido ha sido "Caperucita Roja"
Resumen:
Una niña recibe de su madre el
encargo de llevar una cesta a su abuela enferma que vive en el bosque,
advirtiéndole que no hable con desconocidos. Pero por el camino se encuentra un
lobo y se para a hablar con él, dándole detalles de lo que va a hacer. El lobo
aprovecha para engañar a caperucita y llegar antes a casa de la abuelita, a
quien se come, y luego ocupa su lugar para engañar a caperucita y comérsela
también. Afortunadamente, un leñador que andaba por allí descubre al lobo
durmiendo tras su comida, y rescata a caperucita y su abuelita rajándole la
tripa al lobo. Tras este rescate, los tres comieron y bebieron de lo que había
llevado Caperucita. A los días, otro lobo quería hacer lo mismo que el anterior
con Caperucita, pero esta, que había aprendido la lección, ignoró por completo
su charla. Este lobo nuevo, esperó en el tejado de la casa de la abuelita de
Caperucita, para que cuando la niña saliera, comérsela. La abuela, que era muy
lista, preparó junto a Caperucita un caldero con agua hirviendo para cocinar, y
el lobo, atraído por el magnífico olor a comida, se cayó dentro y murió
abrasado.
A la hora de contarlo, lo que
cambiaría sería los diálogos, porque al ser tan largos, hacen que los niños
pierdan el interés en la historia. También cambiaría los muchos detalles que da
el leñador a la hora de matar al lobo, con los cortes en la barriga, cuando le
quita la piel al lobo, que dice que se la lleva…
Las preguntas las haría a medida que
avanza la historia y al final y serían como:
- ¿Qué creéis que va a pasar ahora?
- ¿Se va a salir el lobo con la suya?
- ¿Os ha gustado el cuento?
Este cuento lo contaría en una
asamblea, cuando los niños estuvieran cansados y no les apeteciera mucho hacer
nada.
A pesar de que el relato de “Caperucita Roja” está muy oído ya, nunca
viene mal hacer que los niños escuchen algún cuento clásico. Así pueden contar
sus experiencias y decir quién se lo ha contado y cómo se lo contado, y dónde
se lo ha contado, como por ejemplo “este cuento me lo contaba mi abuela antes
de dormir, pero me decía que el leñador le llenaba de piedras la barriga al
lobo, así cuando iba al río a beber agua, se caía y se ahogaba.”
El segundo cuento que he elegido ha sido "La princesa y el guisante."
Este cuento lo recuerdo con mucho
cariño, ya que cuando era pequeña, mi profesora de infantil nos regaló uno a
cada uno de nosotros.
Resumen:
Un príncipe se quería casar, y viajó
por todos los reinos en busca de una princesa, pero una princesa verdadera.
Buscó por todas partes, pero a todas las princesas que se encontraba, a todas
le ponía pegas, porque no eran princesas verdaderas. Una noche de tormenta
llegó al palacio del príncipe una chica que decía ser princesa. Para comprobar
que la muchacha decía la verdad, metieron un guisante debajo de muchos
colchones y muchas mantas. Al día siguiente, cuando le preguntaron a la
muchacha que qué tal había dormido, esta respondió que fatal, que había algo en
el colchón que no la había dejado dormir. El príncipe se casó con ella porque
solamente las princesas de verdad eran tan delicadas.
Yo haría cambios respecto a la
introducción de la princesa en el cuento, ya que tiene poca repercusión en un
cuento. A mi parecer, la princesa no es un personaje principal, sino más bien uno
secundario, ya que solamente aparece para someterse a una prueba física y para
casarse con el príncipe. Metería diálogos de y con la princesa, que dé su
opinión acerca de si quiere casarse o no con el príncipe, por ejemplo.
Prescindiría de algunas expresiones
como “de veras”, y utilizaría “de verdad”. Así como tampoco utilizaría “las
cañas de los zapatos”, diría “se le metía el agua por los zapatos”.
El cuento es adecuado para los niños
de 2-3 años, ya que es un texto breve, con pocos personajes y acaba bien, por
lo cual los niños pueden seguir la historia muy fácilmente. A estas alturas, a
los niños les es muy fácil tomar conciencia de ser un personaje, un carácter… Comienzan
a disfrazarse y, así, representan a otra persona (una princesa, un dragón, un
príncipe…)
“Vestirse con ropa de otras personas y representar su papel enseña a los
niños a ponerse en el lugar de los otros. Y esto, a su vez, les ayuda a
exteriorizar y a vencer sus miedos.”
Las preguntas para los niños de 2-3
años serían las siguientes:
- -¿Os ha gustado la historia?
- -¿Os imagináis que tenéis que dormir encima de un guisante? ¿Qué haríais si tuvierais que hacerlo? (Esta pregunta fomenta la imaginación, ya que los niños se tienen que poner en la situación de dormir encima de un guisante)
El tercer cuento que he elegido ha sido "Los duendecillos"
He elegido este cuento porque, de
pequeña, me lo contaba mi madre, y ahora, de mayor, cuando lo tenía en el
olvido, mi prima Alma, de cuatro años, me contó que en su colegio le contaron
la historia de unos duendes que hacían zapatos por las noches en casa de un
zapatero… Me pareció tan entrañable que tuve que elegí, finalmente, este
cuento.
Resumen:
Había un zapatero que cada vez era
más pobre, y una noche, antes de irse a acostar, cortó los dos últimos trozos
de cuero que le quedaban para, a la mañana siguiente, confeccionar unos
zapatos. Al día siguiente, cuando el zapatero se dispuso a confeccionar los
zapatos, ya estaban hechos, y estaban tan bien hechos que se los compraron por
más dinero de lo que costaban. El zapatero compró más cuero, y el proceso se
fue repitiendo varios días más, hasta que el zapatero se hizo casi rico. Un
día, el zapatero le dijo a su mujer que se quedarían despiertos hasta averiguar
quién confeccionaba los zapatos, y así lo hicieron. Para su sorpresa, se dieron
cuenta que eran dos duendecillos desnudos quienes hacían los zapatos, y la
mujer del zapatero, en agradecimiento, les confeccionó ropa para que se
vistieran, y a partir de esa noche, no volvieron a aparecer los duendecillos
por casa del zapatero.
Pienso que este cuento es perfecto
para niños del primero de infantil (3-4 años), ya que es un relato que tiene
toques de humor, para que los niños se rían y se lo pasen bien.
Yo no cambiaría nada de este cuento,
ya que tiene una estructura simple, para que los niños lo puedan seguir
perfectamente y sin ningún tipo de problema.
Preguntas:
- - ¿Creéis que el zapatero y su mujer se portaron bien con los duendes?
- - ¿Los duendes hicieron bien en irse una vez que tuvieron ropa?
- - ¿Creéis que los duendes fueron buenos con el zapatero?
Yo contaría este cuento en una asamblea
antes de que cada niño se fuera a su casa, como momento de relajación y risas.
Conclusiones:
Este trabajo me pareció, al
principio, algo difícil de elaborar, ya que la mayoría de las maestras estamos
acostumbradas a “edulcorar” algunos cuentos, hasta tal punto que no se ciñen a
lo que dice el relato. Ahora, al elaborar el trabajo, me he dado cuenta de que
es necesario cambiar o retocar algunas partes de los relatos, ya que pueden
contener descripciones muy explicitas sobre algún tema que a los niños les dé
miedo, o sea demasiado complicado para ellos. También me ha resultado esta
actividad una vuelta al pasado, recordando los cuentos folclóricos de mi
infancia y cómo y cuándo me los contaban.
Bibliografía:
Buenas tardes, Paloma.
ResponderEliminarEn primer lugar, me gustaría destacar que me han gustado mucho los cuentos que has seleccionado, principalmente porque tienes razón, y tal y como mencionas en el comentario de “Caperucita roja”, a pesar de que son cuentos que seguramente ya hayan oído y se los hayan contado, nunca está mal repetirlos en clase desde un enfoque completamente diferente.
A partir de ahí me gustaría comentarte unas pequeñas cuestiones. Para empezar, en el comentario de “Caperucita” creo que deberías hacer una referencia a la edad en la que contarías el cuento, dado que no se especifica. Pues como tú bien dices, habría que modificar bastantes cosas explícitas si la edad de los niños es más reducida, pero en cambio, si ya cuentan con cinco o seis años, el detalle de que el cazador se lleve al lobo, por ejemplo, tampoco creo que les asuste o que les llame en demasía la atención. Por el contrario, las preguntas que has seleccionado y el sentido que le has dado al texto me ha parecido bastante correcto.
Comentarte, además, desde mi punto de vista, que las preguntas que has realizado en el comentario de “los duendecillos” inducen demasiado las respuestas de los niños. No considero que estén mal, sino que tal vez, no estén correctamente formuladas. En vez de preguntar, por ejemplo “¿Creéis que los duendes fueron buenos con el zapatero?” Lo cual podría hacer que los niños respondieran que no inmediatamente, yo habría elegido algo así “¿Qué os parece el comportamiento de los duendes?; o ¿Qué os parece lo que hacen los duendes?” Espero haberme explicado bien.
Para finalizar, decirte que estoy completamente convencida de que podrás arreglar estos pequeños detalles, en el caso de que consideres que así debe ser.
Ha sido un placer leer tu entrada.
Un saludo.
Rebeca.
Excelente comentario, Rebeca.
EliminarPerfecto.
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